El proceso de contagio funciona como una lógica de operar en lo local, dinamizando iniciativas personales, promoviendo la difusión y la integración de los usuarios, gestionando los posibles aportes de cada actor involucrado.
Los diferentes espacios quedan definidos a través de la superposición de una trama, que simula un hormiguero, con la trama existente. La analogía con el hormiguero viene de la forma de conexión de los diferentes programas entre si y como estas conexiones generan los caminos y le dan distintas funciones a los espacios que conecta y a los que rodea.
Encontramos en el espacio público la herramienta necesaria para articular, conectar y potenciar los distintos programas. Es por esto que el espacio publico funciona como un buffer que hace de regulador e integrador de las distintas actividades. En este caso es una manera de operar en el territorio.
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